Mientras llegaba este día estaba confiado, había entrenado correctamente en la medida de mis tiempos, me encontraba muy tranquilo esperando tener un muy buena marca, pero después de que recogí el paquete de competencia empezaron los nervios, que pasó? No tengo la menor idea. El sábado 20 por la tarde trate de descansar, comí bien pero había algo que sentía en mi organismo que me tenia incomodo, había empezado mi tratamiento integral que me receto mi medico para evitar diabetes, colesterol alto, acido úrico e hipertensión arterial, aun cuando no tenían consecuencias estos medicamentos pareciera que me estaban dañando, no lo atribuyo a estos pero quizás fue un factor que me ayudo a desconfiar de mi rendimiento para la carrera. Aun cuando intenté tranquilizarme arreglando mis cosas: tenis, short, playera, numero no lo logre totalmente, bromee de varias cosas con Andrea y me puse de acuerdo en donde nos veríamos con los niños para que corrieran conmigo. Me fui a dormir pero tampoco lo conseguí del todo, me desperté temprano y desayune algo ligero, pero no le cayo bien a mi estomago, lo tuve que vomitar -mala señal- así que me empezaron a entrar los nervios, quise dominarlos pero eran mas fuertes que yo.
Estaba ya en el corral de salida, listo para empezar, me encontré con algunos amigos deseándonos mucha suerte, 21 Km se dice fácil pero para quienes han corrido esta distancia estarán de acuerdo que no es sencillo correrlos, se necesita mucha fortaleza en piernas pero mas en la mente; escuche el himno nacional, se me puso “la piel chinita” como siempre que se canta colectivamente y después los cañonazos de salida, tardé en tomar la salida ya que éramos 15 mil corredores en busca de lo mismo: la meta final, unos intentado ganarla, otros mejorar su tiempo o terminarla, yo estaba en el grupo de los de “mejorar su tiempo” y aun con los nervios encima sonreía intentando con esto espantarlos y lograr mi mejor carrera.
Empecé muy bien los 8 primeros Km., concentrado en mi carrera, de vez en cuando escuchaba a los mariachis que estaban casi en cada km tocando canciones como “el mariachi loco”, “ el son de la negra”, vi el retorno de los primeros corredores, tanto mexicanos como keniatas, me saludo Pio –el policía del c.e.n.d.i. en el que estudian Iker y Camila- esos momentos de distracción sirvieron para relajarme y olvidarme del breve cansancio que ya empezaba a sentir, llegamos al puente de muyuguarda, lugar donde colocaron el retorno, vaya puente! Tiene un gran ángulo de inclinación y había que ascenderlo, muy complicado para mi, un corredor me decía cuando subíamos “que difícil esta esto”, yo le conteste” ni modo, es el inicio de todo lo que hay que subir, hay que empezar a acostumbrarse”, casi para llegar a la cúspide del puente no pude más, sentí una primera punzada en la pantorrilla izquierda, baje el ritmo, esto me dio la oportunidad de ver desde arriba un hermoso panorama de las chinampas de Xochimilco, llegue al km 10 todavía con buen semblante, pero a partir de ahí empezaron los estragos, empecé a sentir el cansancio y otra vez pequeñas punzadas pero ahora en ambas pantorrillas, en vez de bajar nuevamente el ritmo, intenté ampliar mi zancada para no quedarme rezagado, llevaba un buen tiempo de acuerdo a mi plan de terminar en menos de 2 horas, pensaba en mis hijos que me estaban esperando, así seguí hasta el km 16 donde recibí un fulminante calambre en las pantorrillas, el dolor era impresionante, nunca había sentido algo semejante, -ni siquiera cuando corrí el maratón-, me dieron ganas hasta de llorar, paré para darme un masaje, estire, intente continuar corriendo pero no podía, me era imposible hacerlo, así que muy a mi pesar caminé, estaba enojado al principio pero decidí que si esto era un festejo había que tomarlo como tal, me olvide de mi meta inicial, no era el momento de renunciar a la carrera, además ahí seguían mis hijos esperándome pasar, así que aun cuando caminaba empecé a disfrutar todo lo que pasaba a mi alrededor, tome la calle de zacatepetl km 18 pasé perisur y otra vez a intentar correr, sentía los calambres, llegue al cch trotando, km 19, km 20, los calambres eran mucho mas fuertes pero faltaba poco, mis hijos ya estaban listos, muy ansiosos, los tomé de la mano, el calambre en mi pierna derecha ya no me deja ni siquiera trotar, pero no podía parar, iker y camila literalmente me arrastraban, corrían mucho mas fuerte, mi corazón latía fuertemente, mi cuerpo emocionado, yo llorando pero no de dolor sino de sentir la felicidad de mis hijos viendo la meta llena de globos, ellos diciendo “vamos a ganar papá”, cruzamos la meta, ellos gritando ¡ganamos! Yo con mi dolor intenso pero feliz, Iker riendo contento y Camila jalándome para que nos dieran la medalla, nos la entregaron, felices mis hijos la veían y la mostraban orgullosos a su mamá, ¡mira lo que nos dieron mamá!
Ese es el mejor regalo y una lección de vida, por un lado es verlos reír felices y por el otro, el esfuerzo lo hice yo pero al final de las cosas todo lo hacemos por nuestros hijos y eso es lo único válido para mi, desde el momento que nacieron ellos se apropiaron de mi vida y la vivo feliz pensando sólo en ellos y en Andrea – mi esposa-…mi hermosa familia!
Iker y Camila me convirtieron en padre 2 maravillosas veces, me hacen reflexionar y pensar en mi papá, yo no sé si se siente orgulloso de mi pero yo si me siento orgulloso de ser su hijo y espero que un día mis hijos se sientan orgullosos de mi. Del tiempo que hice en la carrera ya ni acuerdo, no me es importante cuando he disfrutado tanto la risa y alegría de Camila e Iker. MISION CUMPLIDA….carrera “DIA DEL PADRE 2009”….21 KMS…..Por acompañarme en mi festejo del día del padre, por festejar mi cumpleaños no. 40………GRACIAS Camila, Gracias Iker