Seguro que te identificas con alguna de estas "neuras deportivas":
1. ¿Qué hago cuando pienso "ya no puedo más" en una prueba o entrenando?
Piensa que tus emociones y tu ejecución deportiva dependen del idioma en el que te hablas a ti mismo. Sí, eso que te dices, lo que hablas contigo, la voz de Pepito Grillo puede sumar o restar. Si piensas que no puedes más, terminarás por abandonar. Eres libre de elegir lo que pasa por tu cabeza. Elige siempre lo que sume, sustituye de forma inmediata por "tira, sigue, venga, vamos, puedes, un último esfuerzo y estás ahí".
2. Me pongo muy nervioso antes de competir ¿Es normal? ¿Qué puedo hacer para competir más tranquilo?
No contemples la competición como una batalla. Es un lugar para ponerte a prueba después de tanto esfuerzo. Piensa en disfrutar, y contesta a la pregunta ¿por qué estoy aquí? ¿Cómo me quiero sentir? Practica la respiración abdominal y pronuncia de forma lenta y pausada "T – R – A – N – Q – U – I – L – O".
3. No duermo ni descanso antes de una competición.
Puedes practicar una técnica de relajación, como la relajación muscular de Jacobson, que te ayudará a mantener tu sistema nervioso a raya.
4. Cuando me lesiono y no puedo entrenar, me subo por las paredes o me deprimo.
Debes dejar que todo fluya, lesionarse forma parte de entrenar y competir. Haz la relajación y para el pensamiento que te hace estar inquieto. Cada vez que irrumpa la idea en el cerebro, di BASTA, y sustituye el pensamiento sobre no poder entrenar por “Estás haciendo todo lo que puedes, dentro de nada estás ahí”. Ocupa tu tiempo con otra actividad que te produzca placer.
5. Estoy tan estresado que ya no me relajo entrenando, mi estrés en la vida afecta a mi entrenamiento.
Examina de dónde viene la fuente de estrés, ¿te estás organizando mal?, ¿tu trabajo conlleva alguna dificultad que no puedes resolver?, ¿estás sobrecargado?
Aprende a gestionar tu tiempo, establece tus prioridades en función de tu escala de valores y en cuanto a lo difícil, no postergues. Igual deberías coger un fin de semana, ponerte al día y liberarte de todo lo atrasado.
6. O al revés, estoy tan estresado entrenando mi reto deportivo (léase maratón, triatlón, etc.) que me afecta a mi vida personal y laboral.
Recuerda que te marcaste el reto porque era algo que te apasionaba, en el momento que la pasión se convierte en obsesión, pierde el sentido. No des más de lo que puedas, no te exijas más. El reto es algo bonito cuando nos mantiene despiertos, felices y con ilusión. No pierdas de vista estos valores. Si algún día no puedes entrenar, no pasa nada. Ni se te ocurra sentirte culpable; y si en algunas sesiones de entrenamiento no consigues los tiempos, ten paciencia, todo llegará.
0 comentarios:
Publicar un comentario